jueves, 30 de septiembre de 2010

Maletear

Hacer la maleta siempre me ha parecido a una revisión de los últimos meses de mi vida. En un pequeño espacio tienes que meter todo lo que te parezca ya no importante, si no útil. Lo que vayas a necesitar en el lugar al que vas. Y siempre pasan dos cosas: la primera, se te olvida algo, (y te mueres de rabia, después de haber repasado mil veces la lista). Y la segunda, siempre queda un pequeño huequito para meter no lo que te parece de utilidad, si no lo que sientes que tienes que llevar, lo que el cariño, y no la razón, te dice que es imprescindible.
Hacer la maleta me recuerda también a los amigos. En ella metemos todo tipo de ropa: para estar cómodo en casa, para salir a dar una vuelta, ropa de fiesta... como los amigos. Y lo curioso, es que siempre acabamos saliendo con lo mismo...y con los mismos, con esos que siempre tienen el huequito en la maleta.
Diario de una viajera experimentada en imprevistos.

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