NO.
Es sencillo: dos letras, se unen, una palabra, y sale NO.
¿Sencillo? JA! No para mí.
Por desgracia, todavía no he aprendido a decir no, será que esa palabra va unida al aprendizaje de la letra s, de ahí que carezca de ella.
"¿A qué no te atreves...?" Y lo hago, aunque me cueste un riñón
"Me podrías ayudar..." y lo hago, ya sea esa persona lo más repugnante del mundo.
"¿Por qué no te creas un blog?" Y lo hago.
No sé todavía por qué. Entre tú y yo, odio los blogs. Y los odio por una simple razón: todo el que escribe un blog escribe bien. Y me deprimo, y bastante. Y sueño con escribir bien. Estudio periodismo no porque escriba bien, sino porque me gusta contar a los demás. Y escribo lo que veo, sin florituras.
Pero como no hay quien me entiendan, ya me intento entender yo, por eso he llegado a una conclusión. No es que no quiera escribir en un blog, ni tampoco que no me guste, incluso puede que sepa escribir, un poquito. El problema, mi problema, es el miedo que tengo a escribir un blog. Miedo a expresarme, a encontrar que tengo dentro, si es que tengo algo. Y tengo miedo a no encontrar nada. En resumen, me da miedo estar vacía, pero a la vez me da miedo estar llena de cosas que están ahí, porque no sé que son. Como dice mi sabia madre, que me compre quien me entienda. Eso unido a mi creencia de que lo que me pase a mí no le importa a nadie, salvo a mí misma, y como normalmente me importa más lo que les pasa a los demás, lo mío...ahí está.
La "maravillosa" idea de hacer un blog surgió de un personaje del que hablaré el día 4 de julio, si eso. "Deberías hacerte un blog, así expresarías todo blablablabla" Y tonta de mí, no dije que no. No sé si seré capaz de mantenerlo, si esta será su primera y última entrada, pues la pereza es uno de mis atributos; si lo borraré, o si por el contrario, me servirá de terapia. Terapia para quitarme la tontuna que llevo encima.
¿Y por qué este título? Tengo la sospecha de que el karma, esa energía metafísica, invisible e inmesurable(definición de wikipedia, reitero mi pereza) me está cobrando cada uno de mis actos pasados, seas cuáles sean. Y como soy creyente, y no me gusta eso de Dios me ha castigado, le echo la culpa a mi amigo el karma, señor que imagino con forma de camaleón, vaya usted a saber por qué.
¿Y a qué se va a dedicar este blog? Sobre la marcha lo iré viendo porque como todo, puedes saber cómo empiezan las cosas, pero no cómo acaban. Y yo espero que esta...llamémosle terapia, dure mucho tiempo.
Sean felices, es lo que importa.